No se si ya tengo alucinaciones después de tantas sopas de fideos chinos…pero esta noche mientras cenaba en la televisión china me ha parecido ver al Presidente del estado español, el señor Rodriguez Zapatero todo rodeado de chinos como yo. En este caso los chinos llevaban trajes y corbatas en lugar de sombreros de cowboy y termos de te…
¿Es el señor presidente un lector del último bazar y no ha podido reprimir sus ganas de zambullirse en mitad de una marea amarilla?
Dadas las filtraciones a Facebook y el incumplimiento del documento de confidencialidad; hago este comunicado de urgencia.
Después de la demoledora caminata shanqingshanica de hoy donde tiré de las pocas reservas de grasa de mi barriga que me quedan; y aprovechando que en Yushan no hay Subways, ni KFCs ni McDonalds, ni nada de nada; hoy comí mucho chino.
Para desmentir las acusaciones de que no como chino aporto el siguiente material.
Además de que en el restaurante no me entendieron, y me pusieron comida para 4.
He comido como el Otilio aquel de Pepe Gotera.
Antes y después.
Volviendo a las andadas.
Una de las cosas que mas me gusta de viajar por China es zambullirme de vez en cuando por una de esas zonas por las que no vieron a un occidental desde los tiempos de Marco Polo.
En Yunnan ya lo hicimos cuando recorrimos el condado de Dongchuan; esta vez lo hago en la provincia de Jiangxi.
Llegué ayer a Yushan, después de haber hecho una conexión en la estación de Shangrao.
Sin ninguna referencia a este sitio en la sagrada Lonely de 2007, desconozco si en ediciones posteriores el señor Wheeler ha enviado a alguno de sus chicos a cubrir esta zona, pero intuyo que no.
Aterricé en un binguan bastante mediocre para el precio de las habitaciones (imposible de bajar de 120 yuanes, aunque en todo el hotel enorme y muy venido a menos, no hay mas de tres habitaciones ocupadas).
Esto lo compensa la chica de recepción, que sin hablar ni una sola palabra de inglés, pero con una iniciativa sorprendente para un chino, llamó a su profesora de inglés (china); y la hizo venir al hotel la mañana siguiente a las 6.30 de la mañana con su marido para que me acompañaran a la estación de autobuses en su coche, y me ayudaran a coger un autobús a Shanqingshan, el motivo principal de que haya venido hasta aquí.
Y estas cosas son las que a uno le hacen decir «Jo, que gente mas guay».
Estoy seguro que estos en Vietnam no me los voy a encontrar.
El hecho de que en el hostel de Shanghai no tuvieran ni idea de que demonios era Shanqingshan, me hizo albergar esperanzas de que ni los chinos conocerían el lugar.
Pero mi gozo en un pozo, a las 9 de la mañana la base de la montaña estaba plagada de la habitual marea de autobuses llenos de chinos con sus sombreros de cowboy y sus termos de agua caliente, y con sus guias con banderita.
Shanqingshan es una montaña de verticales paredes y afiladas agujas, con senderos que serpentean al borde de abismos; dentro de un estilo similar a Huangshan, Hua Shan o incluso Wulingyuan; en este caso, la roca es de matriz granítica.
Las vistas cortan la respiración, y algunos empinadisimos e interminables tramos de escaleras hacen que uno se lo piense dos veces para bajar. Una pasarela de hormigón queda sujeta a la roca en voladizo durante unos cuantos kilómetros a mas de 500 metros sobre el suelo. Una sólida barandilla y una dimensión suficientemente ancha de la pasarela (1 metro) dan la seguridad necesaria.
Por suerte los grupos chinos se van disolviendo a medida que caminas y los vas dejando atrás.
Además de las sobrecogedoras vistas, agujas, paredes y unos singulares pinos esculpidos por el viento; si caminas mas que los «cowboys chinos», una solitaria extensión de la pasarela te lleva hasta un conjunto taoista del siglo XII que incluye un templo, diferentes tumbas, y una pagoda desperdigados por las rocas graníticas.
Los grupos chinos no caminan tanto, así que la recompensa es grande.
Allí el sonido de los pájaros remplaza a los berridos de los «otros pájaros» con sombrero de cowboy empeñados en oir su propio eco.
Todo el conjunto forma parte del patrimonio mundial desde 2008.
Eso si, hacerlo en un día y con miedo a perder el bus de vuelta a Yushan (salía a las 5 de la tarde), obligan a meter un ritmo muy exigente con un desnivel acumulado de mas de 1.200 metros. Una etapa rompepiernas durísima. Lo que los chinos hacen en 2 días, yo lo he hecho en 5 horas solo por no conocer el terreno y no fiarme de los mapas chinos (una decisión prudente).
La entrada, un castañazo de mas de 15 euros, mas otros tantos del teleférico.
Y es que cuando los chinos le ponen cuatro As a un sitio, ya puedes echarte a temblar.
Por eso cuando me dicen que soy un marques por ir a 30 euros/día en China…(dardo envenenado para la web hermana mesenllà)…yo digo….que me expliquéis por donde estan las puertas de atrás por las que os coláis.
Hace falta tenerlos bien puestos (o ser el gran Iconoclasta) para presentarse en el aeropuerto de Shanghai a la una de la madrugada con tres clientas que te han confiado sus vacaciones sin tener el alojamiento reservado. Pero es que mi dominio de la situación es tan insultante que puedo permitirme esta licencia.
El as que guardaba bajo mi manga, la tarjetita del hostel donde me quedé la primera vez que estuve en Shanghai. Moderno, agradable, buen ambiente, limpio y relativamente bien situado. El Shanghai city central de la cadena UHotels era una garantía y sabía que allí habría una triple para ellas y una doble para mi.
A las dos de la madrugada estábamos haciendo el check in…afortunadamente en este caso no tuve que recurrir al plan B.
¿que cual es el plan B?
Joder es que siempre queréis saberlo todo….yo sería muy mal gobernante para administrar una crisis nuclear como la de Fukushima, ya que cantaría como un pajarito.
Está bien, cuento mi plan B, pero no lo digáis a nadie…Mi plan B en China consiste en pasar la noche en algún super ciber café de esos con 200 ordenadores 24 horas abiertos que disponen de confortables butacones donde además de conectarte a internet puedes dormir por el módico precio de un yuan la hora; es un último recurso cuando llegas a algún lado pasadas las tres de la madrugada, y los porteros de los hoteles duermen, o insisten en cobrarte toda la noche.
El caso es que no hizo falta. Y el City Central seguía tan impecable como en 2007.
Una visita de un día a los principales puntos de interés y miradores mas dramáticos de la ciudad supuso la culminación de mi trabajo y el fin de mis servicios.
Pepita, Conse y Nuria se volvían para Lleida con 20 días que incluían un buen recopilatorio de lugares de China, aunque me quedó la sensación de que el país no había respondido exactamente a sus expectativas, y el tiempo tampoco acabó de acompañar del todo. La palabra decepción no salió de sus bocas, pero si sorpresa…
Shanghai es una ciudad que me transmite muy buen rollo, sensaciones muy positivas; no en vano fue aquí donde terminé mi primer gran viaje en 2007; El india-Nepal-Tibet-China overland.
Una ciudad que marca siempre un final de alguna cosa y el comienzo de otra.
Al pasear por la cornisa del bund en mi soledad volvía revivir aquellos momentos de euforia que tuve en 2007 (nooooooooooooo seais malpensados….no por haberme quedado solo al fin…no es eso)….
Los que somos bilingües sabemos que el idioma de conversación con el que hablarás el resto de tu vida a una persona es el idioma con el que entablaste la primera conversación. A mi con la música y las ciudades me pasa un poco lo mismo. Shanghai para mi quedará vinculado de por vida a una canción de Stereophonics (Dakota) que escuché y tarareé decenas de veces en aquel junio de 2007.
Así que esta tarde mientras paseaba me metí la cancioncita…y ya de paso un recopilatorio completo.
El tiempo por fin era primaveral, manga corta, ligera brisa, un skyline de los de verdad reflejado en el Huangpu, la desgarrada voz de Kelly Jones, 16 o 17 o 18 (da igual, has perdido la cuenta) sonrisas de chicas chinas que se han cruzado delante tuyo; y yo mas chulo que Robert Michun…
Entonces haces un recuento orientativo del porrón de días de viaje que aun te quedan por delante (unos 120); inspiras profundamente, sonríes y piensas para ti mismo; SI SEÑOR, COMO ME GUSTA ESTO.
Seguro que todos los viajeros habéis pasado por estos momentos de sublime felicidad.
Así, mi tarde perfecta compensó la estupidez de la mañana; hacer una disparatada cola de 4 horas entre decenas de miles de chinos (una vez dentro ya no había marcha atrás) para ver el pabellón de China de la expo de Shanghai de 2011…en lugar de descansar y dormir. Y es que los chinos son un caso para estudiar…son capaces de malgastar la mañana entera del único día de fiesta semanal que tienen en una cola de 4 horas para ver un pabellón de una expo.
Tengo un documento de confidencialidad que obligué a suscribir a mis clientas en el que tienen prohibido declarar que en mi viaje alguna vez como pizzas, pancakes u otras cosas occidentales.
Mi prestigio no puede quedar en entre dicho; que sería de mi reputación si corrieran rumores de que Iconoclasta come en un KFC en lugar de un hot pot de Sichuan.
El contrato de lector de ultimo bazar también incluye esta cláusula.
Así que como hay el contrato de confidencialidad, confesaré que esta tarde me metí en un subway que hay en la nanning Road de Shanghai y me comí dos bocadillos monumentales, uno de pollo, bacon y queso fundido; y otro de salami con un poco de aceite. El dependiente chinito no entendía que no quisiera que me pusiera ninguna de esas mierdas extras (lechuga, salsas, mayonesas, cebolla) en el pan.
Pan, salami y un chorreoncito de aceite; y PUNTO….simple, sencillo….y es que a veces las salsas aburren, todas las cocinas del mundo abusan de las malditas salsas; los chinos con sus salsas de soja, sus salsas picantes, sus salsas de gengibre, sus salsas de coriandro; los indios con sus malditos curris, los sajones con sus mayonesas, mostazas y demás historias, los griegos y turcos con sus yogurts….
Eh, no es lo mismo salir a cenar un sábado a un Indio que comer indio o chino todos los días.
Me encanta la comida china de China, mucho mas que la India….pero hoy mi barriga no quería mas salsas, lo entendéis?
Después de 20 días de aditamentos, frituras, woks, sojas….quería dos simples bocadillos…simple….
No es pecado comer sin salsas…parece que solo los muslulmanes que preparan esos deliciosos pinchos (particularnente buenos en Kunming) han entendido este concepto del sabor en si.
A veces hay que comer un pure de patatas, unas verduras hervidas, un pollo a la plancha, un huevo duro…
No es una cuestión de que no estén buenos los platos de restaurante….pero es que seguramente ninguno de vosotros resistiría 6 meses de comidas y cenas de restaurante en Barcelona….
…NO paró de tocar las narices desde que llegamos a Guilin, y nos desplazamos a la vecina localidad de Yanshuo.
Esta era mi tercera vez por esta zona tan turística del sur de China, y la única fuera de Hong kong, Shanghai y Beijing donde el peso de la masa de turistas extranjeros es comparable al peso de los turistas chinos.
Para ver fotos os emplazo a la primera parte del episodio numero 30 de la tercera temporada que os enlazo aquí abajo.
Uno diría que si no fuera porque ya tiene mas vista esta región que los andenes de la estación de metro de Sant Martí alucinaría…
El primer día nos desplazamos a Ximping donde era día de mercado; una de las peticiones de mis clientas; un mercado que sin duda no defraudó las expectativas; pollos metidos en cestas de mimbre igual que hace 200 años, barberos cortando el pelo en unas espartanas sillas de madera en mitad del mercado; un tipo practicando la acupuntura, peces de río vivos nadando en unas piletas de hormigón, zanahorias de hasta 4 cm de diámetro para dejar volar la imaginación.
Tras comer en uno de los restaurantes locales donde dejé mi impremta en una de las paredes hicimos lo que suele hacerse en Ximping cuando no se hace el trekking hasta Yangdi; embarcarse en algún barco y recorrer el río Li recorriendo las mas grandes formaciones kársticas de toda la región; entre las que se encuentra una muy conocida entre todos los chinos ya que figura en el reverso de los billetes de 20 yuan.
Pero, (y por primera vez me sentí realmente mal por mis compañeras de viaje), la niebla cada vez mas cerrada no dejó ver absolutamente nada.
El segundo día la cosa tampoco mejoró; la lluvia, el frío (extraño para estas latitudes en esta época del año), la humedad que penetraba hasta los huesos arruinó el tramo final del viaje.
La conocidísima moon hill al sur del Yanshuo (perforada por un enorme agujero) apenas se vislumbraba. Fuli sin mercado y metido dentro de una nube tampoco se podía disfrutar demasiado.
Al menos, por la noche, Pepita y Nuria si pudieron disfrutar el espectáculo Impressions dirigido por el director de la ceremonia de inaguración de los JJOO de Beijing que les recomendé.
El tercer día nos desplazamos hasta Longsheng, donde hay unas de las terrazas de arroz mas impresionantes de toda China, y donde habitan los dong. Pero tampoco hubo suerte. Después de un palizón de coche, penas si vimos alguna ladera tapizada de terrazas, entre nubes y mas nubes.
Y es que eso es lo único que no podemos garantizarle. Un clima perfecto y unas puestas de sol de ensueño. Por supuesto, en esta ocasión, la culpa tampoco ha sido mía sino del cambio climático y los emisores de CO2 a la atmósfera (que mira que lo llevo avisando, dejar el coche aparcado y coger el metro puñetas).
Un tiempo extraño, muy extraño por fechas; pero sobre todo por latitudes (estábamos rozando el trópico). Una amiga y lectora del blog que recientemente había estado en Laos comentaba que también experimentaron temperaturas extrañamente bajas en ese lugar.
La noticia:
El derribo de un caza americano por las tropas de Gadafi.
El fotomontaje de portada:
Mucho mas espectacular que la misma noticia. Fijaros en el caza recortado con las tijeras pegado sobre la foto como si hubiese sido capturado por el fotografo segundos antes de impactar contra el suelo. No tiene desperdicio. solo falta el pato donald pilotando el caza. Ni siquiera el Tebeo del periodismo-comedia de la Razón tendría cojones de presentar una portada con un fotomontaje como este cuando diseña sus habituales portadas de temática anti-catalana. Aunque en la Razón son conocidos por sus disparatados fotomontajes de portada, para llegar a portadas así se tiene que ser chino. Son los mas grandes. Yo pagaría dinero por asistir a las clases de alguna facultad de periodismo china.
También tuvo algo que ver en la elección de Yunnan por parte de mis clientas otro de esos powerpoints en este caso de un paraje de tierras rojas que según reza el documento se llamba Lexiaguo y se encontraba al sur de Kunming…un fake, una farsa que evidentemente a mi no me iban a colar.
No me costó demasiado averiguar que en China o en el resto del mundo no existe ningún lugar llamado Lexiaguo; pero si un condado llamado Dongchuan a unos 150 km al norte de Kunming en el que hay una serie de aldeas, la principal de ellas Hoagou donde se encontraban los espectaculares campos en los que la tierra es roja en el sentido literal.
El lugar es aun desconocido en occidente; quizás seamos los primeros catalanes que ponemos los pies por aquí; el lugar no viene mencionado en la Lonely Planet; pero si que es muy apreciado por los fotógrafos chinos.
Los campos de Hoagou resplandecen con los colores mas intensos con la luz de la tarde o primera hora de la mañana, es entonces cuando el rojo alcanza la tonalidad mas dramática. Solo los cultivos de trigo, las agrupaciones de cuatro casas desperdigadas por las campiñas lejanas, y la silueta de algún solitario árbol nos colocan en la Tierra y no en la superficie de Marte.
Puede que en ningún otro lugar los campos luzcan colores son tan intensos. Los pintores impresionistas solo pudieron soñar este paisaje; aunque tuvieron que conformarse con representar las campiñas de la Camarga francesa.
Es casi una obscenidad conseguir con un veloz disparo de una fría cámara japonesa un resultado parecido al que solo la imaginación y expresividad de aquellos genios impresionistas lograron con su exageración de la realidad en unas paletas cromáticas imaginarias.
Minutos de publicidad:
Viaje con Iconoclasta, espacio patrocinado por ULTIMO BAZAR…no hay rincón del mundo fuera de su catálogo; menos a la cumbre del K2, Everest, o del Cerro Torre…para estos encargos mas específicos contactar con Calleja.
Fin del espacio publicitario.
Regalo del mes:
El regalo del mes para los seguidores del ULTIMO BAZAR es una información que no administran ni las guías de geoplaneta, ni las guías Lonely Planet, ni las Pais Aguilar, ni el foro de los Viajeros, ni el rincón del Sele, ni si quiera la web Mesenllà, ni los de viatgeadictes, ni la sobrina del Gran Khan, ni nadie de nadie.
Como llegar hasta este aún desconocido paraje de las tierras rojas.
Si te encuentras en Kunming debes dirigirte a la estación de autobuses del norte de la ciudad (un taxi te debería costar unos 40 yuanes desde la estación de trenes del sur). Allí puedes tomar un bus a la población de Dongchuan (cuenta unas tres horas de viaje). En la estación de autobuses hay esperando unos mototaxis, o unos taxis que se ofrecerán a llevarte hasta el corazón de Huaguo.
Un taxi os debería costar unos 150-180 yuanes. Los taxistas de Dongchuan son legales.
Si los que habéis hecho el camino del inca estaréis familiarizados con el kilómetro 88, en este caso deberéis familiarizaros con el kilómetro 108. Allí hay un cruce de caminos que se ubica en el corazón de la comarca. Hay que notar que viniendo de Dongchuan el km que marca es el 45. El 108 va referenciado desde la autovía.
Torciendo a la derecha a unos 500 metros se encuentra la vivienda del señor Zhang Kaiquan que alquila sencillas habitaciones desde 25 yuanes. La Chundong Lushe photographers.
Por unos 20 yuanes adicionales os darán de cenar.
La hija del señor Kaiquan te dejará hacer una llamada internacional desde su móvil sin cargo (algo que aun me remueve la conciencia por lo que le subirá la factura…aunque mmmmmmmm que sonrisa se me puso al escuchar esa voz al otro lado del hilo aunque estuviera entrecortada por las interferencias).
Por 25 yuanes mas, a las 6 de la mañana siguiente Zhang te llevará con su furgo a uno de los mejores lugares para ver la salida del sol.
A las 9.30 de la mañana una vez te has hartado de hacer fotos y te has tomado una revitalizante sopa de fideos, un autobús que para en la misma puerta de la Guest House te devolverá a Kunming por otra ruta diferente atravesando espectaculares paisajes por una serpenteante carretera en unas 5 horas de trayecto.
Ah si, y si coincidís con los meses de mayo, septiembre o noviembre, además os encontrareis los campos tapizados por flores blancas.
Unos hacen unos powerpoints dando informaciones falsas sobre lugares inexistentes como Lexiaguo, y otros hacemos blogs currados en los que regalamos información inédita realmente valiosa. Por eso el Ultimo Bazar es uno de los mejores blogs de viajes de la blogosfera.
Lijiang es una de esas perlas con las que China recompensa al viajero. Enclavada bajo la imponente presencia de la colosal mole del ShueShan con sus nieves perpetuas y sus casi 5.500 metros, y que es visible desde muchas de sus calles; Lijiang ha conservado un centro antiguo maravilloso, de callecitas tortuosas y tazado laberíntico, recorridas por canales, acequias y puentes milenarios. A 2.500 metros de altitud el sol brillaba con fuerza aunque las nubes de alta montaña abrazaban con excesivo cariño la montaña dejando visible la cima durante efímeros instantes.
Las construcciones tradicionales de dos alturas estructuradas en torno a unos preciosos patios se han sobrepuesto a decenas de terremotos habituales en esta zona residual de encuentro entre las placas india y asiática.
La estructura de madera de las casas absorbe con eficacia los movimientos estructurales.
Muchas de estas casas se han reconvertido en guest houses donde uno podría pasarse semanas.
Una colina próxima ofrece una inolvidable vista de los centenares de tejaditos de la ciudad vieja.
Dos kilómetros al norte hay un delicioso parque con un estanque de aguas oscuras que refleja un templete y un puente tradicional con la silueta del Shueshan recortando el horizonte, en una de las escenas mas fotografiadas de toda China.
Lijiang es naturalmente una ciudad Patrimonio de la humanidad; y seguramente la mas bonita de toda China, desbancando a Pingyao.
Lijiang es también la capital de la minoría Naxi, caracterizada por su indumentaria azul.
cada tarde puede verse en la plaza mayor una especie de baile tradicional muy influenciado por la sardana.
Y, pese a que los visitantes extranjeros somos muy escasos; no es el caso de los visitantes chinos que abarrotan sus calles por la tarde, al regreso de las excursiones. La calle principal que sigue el curso del canal principal se ha convertido en una mezcla de Khao San-Lloret de Mar en versión china, repleta de estruendosas discotecas, clubs, restaurantes, donde gogos chinas y cantantes hacen sus demostraciones a los cientos de turistas chinos que pasean con sus sombreros de cowboy.
Un pequeño (para mi insignificante) peaje por el que hay que pasar….y a veces divertirse con los chinos puede tener su punto.
La ventaja de los chinos es que todos siguen un horario bastante establecido, así que si madrugas un poco o te acuestas el último; Lijiang es toda tuya.
Lijiang además de justificar una visita por si misma, ofrece una serie de excursiones en sus alrededores que pueden dar de si para varias semanas. La zona de los tres ríos paralelos que nacen en Tíbet y peinan Yunnan en una estrecha franja y en paralelo hasta separarse (Irawadi, Mekong, Yantse), la espectacular garganta del salto del tigre, diferentes áreas protegidas, monasterios budistas y aldeas naxis como Baisha en la que un octogenario doctor herbolista me dió recuerdos para los amigos de viatgeadictes.
Novedad, ya hay un tren nocturno que hace la ruta Lijiang-kunming en unas 8 horas; así que ya se puede prescindir de esos disparatados y temerarios sleeper buses que antes eran la única opción.
El trayecto nocturno nos hizo ganar un día en Kunming que (bajo mi punto de vista) malgastamos en la muestra Internacional de Horticultura de Kunming. Una especie de extraña expo universal dedicada a la horticultura en la que diversos países habían montado su propio pabellón (en versión pobretona y cutre de una expo universal) y de entre los que destacaba por encima de todos por lo estruendoso de la megafonía, el pabellón de España, que con un repetitivo pasodoble proclamado a cuatro vientos martirizaba a todos los pabellones vecinos.
Al entrar en el pabellón uno podía esperar encontrar una muestra de productos ibéricos como un surtidito de embutidos, unos pinchos de tortilla, un riojita…pero no; todo lo que estaba a la venta eran productos chinos-chinos de los que se encuentran en cualquier súper…y es que desde los extraños museitos que los uzbecos habían montado en las madrasas de Khiva, no recuerdo nada tan surrealista como esto.
Para cenar nos estaba esperando Aurora, del noble linaje de los Balsebre, nada menos que la sobrina del Gran Khan, caudillo y gobernador de Amu Daria.
Aurora partió de Catalunya destino a Asia siguiendo las vías del transmongoliano embarcada en trenes locales, pese a su juventud (unos veinti-pocos) siguió los pasos de su tío, tal como hiciera el Mercader Marco Polo 8 siglos antes; al llegar a tierras manchúes quedó enamorada de su cultura milenaria; convivió con una familia en un pueblo de Sichuan durante meses, finalmente se estableció en Yunnan, en la metrópolis de Kunming donde ahora desarrolla un trabajo acorde a su cualificación profesional, algo que hoy en día es impensable en la cada vez mas desindustrializada España.
Yunnan es la provincia mas meridional de China, fronteriza con Laos, Vietnam y Birmania; una amalgama de minorías y grupos étnicos; hasta 26, y una de las pocas provincias chinas que aun no conocía.
Tras un tranquilo vuelo de poco mas de dos horas aterrizamos en Kunming con mucho mas frío del esperado. La ciudad de la eterna primavera nos recibía con un frío extraño en esta época del año en un lugar en la que raras veces el termómetro baja de los 20 grados.
A la mañana siguiente pusimos rumbo a Dali en un bus que él solito como mínimo es el responsable del 50% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y del calentamiento global, a juzgar por la humareda negra que vertía por la carretera al tiempo que ejecutaba temerarias y suicidas maniobras de adelantamiento.
(Como los chinos no se pongan las pilas en materia medioambiental, la humanidad en la tierra tiene los días contados)
Dali es una emergente y creciente ciudad que cuenta con un delicioso casco antiguo amurallado, atravesado por varios canales; con unas murallas muy bien conservadas y mantenidas en algunos tramos, con 4 puertas de acceso perfectamente conservadas y con tres impresionantes y muy esbeltas pagodas fuera muros al borde de un precioso lago rodeado de montañas; un lugar donde habita la minoría Bai.
Alojamiento bueno, bonito, barato como la Yu Yuan que por 80 yuanes (avalada por mesenllà, y avalada por no salir en la Lonely Planet, buena señal) ofrece estupendas habitaciones dobles entorno a un agradable patio.
Por 200 yuanes en temporada baja, puedes quedarte en una guest house de película decorada por interioristas con mucha clase que mezclaban el estilo tradicional con el estilo mas vanguardista.
Con todos estos incentivos, está claro que Dali ha de ser un alto obligado en la ruta hacia el norte, hacia Lijiang.
Lástima que el tiempo no acompañó, y la lluvia y el frío empañaron estos dos días de viaje.
Mi solvencia y agilidad hicieron que el contratiempo de la perdida del tren no alterara el programa, solo se cayeron de la lista las irrelevantes visitas a las murallas de Xian y las pagodas exteriores.
Tenía tantas ganas o mas que mis clientas en subir a la cima del monte Hua shan; una de las cimas mas vertiginosas de toda china.
Uno de esos malditos poweropint que circulan en uno de esos correos cadena spam por internet; hizo que este fuese un fijo exigido por mis clientas.
Con calzador y desafiando a los embustes de los taxistas que merodean la estación de trenes de Xian y que aseguraban que sin taxi no era posible llegar hasta allí, monté con precisión quirúrgica la excursión a la montaña desde Xian en un solo día.
El conductor del bus numero 1 se perdió tres o cuatro veces y dio varias vueltas; al parecer era el primer día que hacía esa ruta; y la revisora parece que tampoco conocía demasiado el camino.
Las tres horas de ascensión que incluían un empinadísimo tramo de mas de 50 metros practicamente verticales tallados en la roca se sortean con un teleférico; si no nunca se me hubiera ocurrido presentarme allí con mis clientas.
A partir de allí diferentes rutas colgadas de paredes verticales, abismos, precipicios y escaleras en aristas conectan las 5 cimas de una de las montañas mas sagradas de los taoistas y que emerge de una ondulante cadena montañosa como una descomunal mole.
Pepita y Conse se quedaron en una de las primeras rocas; solo Nuria estaba interesada en ascender los casi 500 metros que hay de desnivel entre el pico norte al que llega el teleférico.
La nieve que había caido recientemente tapizaba las pocas partes en las que la pendiente lo permitía; el día soleado brillaba, eramos muy afortunados de poder disfrutar de una de las montañas mas espectaculares de China (y de Asia) en esas condiciones.
Las hordas de chinos colapsaban caminos y escaleras, mientras que la proximidad a Xian hacía que aun se vieran las cabezas rubias de algunos mochileros entre la marea amarilla.
De vuelta perdimos el último bus a Xian, pero …y quien me contrate puede estar seguro de que Iconoclasta siempre tiene un plan B en el bolsillo; por el módico precio de 6 euros un tren bala nos devolvía en menos de 30 minutos de la futurista y faraónica nueva terminal de alta velocidad de Hua Shan (a unos 10 km de la montaña) a la nueva futurista y mas faraónica terminal de alta velocidad de Xian a unos 10 km de la ciudad aunque muy pronto absorvida por las nuevas edificaciones.
La visita a los Guerreros de Xian fue un simple trámite para cumplir el programa con el 306 que sale de delante de la estación de trenes.
El hangar que cubre el ejercito de soldados de terracota que protegía la tumba del primer emperador Qin es una de las imágenes mas vistas de China y una de las mas demandadas por los visitantes.
EL ULTIMO BAZAR 