EPISODIO 02: LA CIUDAD ETERNA

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Roma tan eterna para la historia como las pirámides y tan sagrada para la Cristiandad como Jerusalem, Varanasi o La Meca para otras confesiones. Apasionante, desbordante de tesoros, de riquezas, de historias, allí donde la construcción y las estructuras aplastaron y desafiaron los principios fundamentales de la estática en termas y basílicas, allí donde las cúpulas y bóbedas cubrieron superficies nunca antes soñadas; donde arquitectura y monumentalidad se fusionaron hasta que Bramante volvió a separarlas en San Pietro in Montorio; la ciudad donde el arte se reinventó y se redefinió sin perder su lenguaje clásico. La ciudad que gobernó el mundo conocido durante mas de un milenio; la ciudad en la que se fundamentaron los principios legales que aun regulan nuestras vidas. La ciudad donde se inventó la ciudadanía;  donde la República se convirtió en Imperio, donde la perseguida fe cristiana acabó por imponerse y disolver a su paganismo precursor y perseguidor. La primera gran megalópolis de la historia. La ciudad con el mito fundacional mas conocido del mundo. La ciudad en la que Dios entregó las llaves de su iglesia a San Pedro.

¿Que otra ciudad del mundo podría alardear de acaparar tantos hechos absolutamente relevantes para la humanidad y para la civilización occidental?, ¿que otra ciudad podría alardear acaparar similar colección de obras de arte, obras maestras de la ingeniería, la construcción y la arquitectura?.

Evidentemente, ninguna, ni de lejos.

Cuentan que no es suficiente una sola vida para conocer Roma; y yo en esta ocasión solo he venido a dedicarle un día en un viaje de mas de ocho meses.

Estuve antes en dos ocasiones en Roma, y se que (si las autoridades romanas consiguieran eliminar el tráfico rodado del centro) está sería una de esas pocas ciudades que cambiaría por Barcelona para vivir. No obstante, mi paso esta vez ha sido fugaz.

No me interesaba profundizar en los tesoros artísticos de la ciudad en esta ocasión, sino iniciar el viaje en el que fué uno de los destinos finales de esa mercancía exótica que fue la seda.

Roma fue la capital de occidente cuando Xian lo era de lo que los chinos denominaban su «reino del centro» (sin la connotación política de ciertas derechas que imagino que entienden ser de centro como ser centralistas).

Así en un extremo de la Ruta, la Roma imperial, la Roma clásica en la que mujeres patricias deslumbraban con sus indumentarias de seda; el destino final de la preciada mercancía. En el otro extremo Xian, la ciudad de las dinastías imperiales, la capital del mundo oriental y el origen de esa y otras preciadas mercancías como el jade o la porcelana. Dos mundos, dos civilizaciones que estrecharon lazos gracias al comercio.

Pocas evidencias quedan hoy de aquel intercambio comercial, pero sin duda alguna, hace 2.000 años como hace 500, coincidiendo con los periodos de mayor apogeo y riqueza económica de la ciudad; la seda llegaba y el oro y otros productos llegados de cualquier rincón del imperio salían como moneda de pago desde Roma.

Llegué a Civitaveccia procedente de un eterno (aunque no tan eterno como la ciudad) trayecto en barco de casi 18 horas desde el Port de Barcelona. En los tiempos romanos los barcos atracaban el el puerto de Ostia (hoy conocido como Ostia Antica), ahora el puerto de la ciudad se ha visto desplazado unos 60 km al norte.

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El barco casi desierto, apenas un grupo de quinceaneros romanos y romanas que volvian a su casa despues de haber pasado su primer viaje fin de curso. La discoteca del crucero tomada por los mocosos. La verdad es que Grimaldi ha puesto un ferri que podria pasar perfectamente por un crucero de lujo. En ningun momento el trayecto se hace pesado o incomodo. Por el precio que se paga en temporada baja, puedo asegurar que es un buen negocio para el pasajero.

Un neocelandes de nombre irreproducible es mi primer companyero de cena. Acaba de llegar al hostel y va tan perdido como yo. El tipo es un granjero de origen holandes. A la manyana siguiente me pierdo por una Roma saturada por miles de turistas. Ese es el gran problema de Roma, el turismo de masas que colapsa cualquier rincon de la ciudad. Todo esta colapsado, el Trastevere, la plaza Navona, San Pedro; las colas para entrar en el Coliseo me hacen creer que quizas hoy los irlandeses van a presentar el No Line on The Horizon en las ruinas. Pero no…no hay ningun concierto. En la fontana de Trevi no cabe un alma.

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Se que cuando lleve algunas semanas sin cruzarme a ningun occidental en alguno de esos paises acabados en stan, echare en falta a estas hordas de turistas. Pero ahora lo que quiero es zambullirme en una Italia mas autentica y no tan de postal.

Asi que no tardo ni un solo dia en largarme al sur profundo. A Salerno.

HOJA DE RUTA – EL VIAJE SOBRE EL MAPA

PONLE MUSICA

5 respuestas to “EPISODIO 02: LA CIUDAD ETERNA”

  1. vero Says:

    hombre! por fin damos señales de vida!!
    ya pensaba que los carabinieris te tenían en el cuartelillo , al pillarte vertiendo sospechosas substancias en el coliseo y san pedro..

    disfruta del sur, que pinta mejor que roma.

  2. jordiA Says:

    ay roma….
    lastima que no te puedas quedar una semana mas…..ohhh
    habia pulsera i barra libre en el grimaldi?? jejejeje

  3. Yo de mayor, viviré en Roma. Siento mío el caos que rueda por sus calles… Parece un sitio genial para empezar un viaje tan largo, como si fueras de más caos a menos =)

  4. Núria Says:

    L’aigua beneïda o les botes dels jugadors, tant se val, ja és nostra!!!

    Has escrit l’entrada sobre Roma més preciosa que he llegit mai. Felicitats i segueix contant-nos coses, que t’hem perdut la pista!

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